Si no hay mucho que decir
es mejor no decir nada;
dejar la boca cerrada,
mirar atento y oír.
Mucho menos, insistir
ni andar gritando enfadado.
Mejor echarse pa' un la'o
a tomarme un cafecito;
que así me veo más bonito:
tranquilo, quieto y calla'o.