Te soy fiel, pero ¡hasta cuándo!
seguir a ciegas unidos;
Pues yo no te lo sabía
Y, bueno, te sigo esperando.
Y tú, allá, también soñando
Con la emoción de ese día
en el que en tu alma y la mía,
En un café, frente a frente,
al mirarnos, ¡por fin!
se haga amor la poesia