Café De Madre

Café De Madre

¡Cuántos cafés me serviste 
madre de mi alma, querida!
Fuente eterna de mi vida,
¡cuántas cosas por mí hiciste! 
Te entregaste y estuviste, 
a tu modo, siempre atenta. 
Hoy de ti mi alma sedienta
te agradece eternamente
tu buen café –amor silente–
la fuerza que hoy me sustenta.

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