Las cosas que son urgentes
me gusta hacerlas con calma,
porque primero es el alma
y después, ser diligente.
Pero, claro, es diferente
cuando me urge un café isleño.
Ahí sí que avanzo y me empeño
y lo preparo enseguida.
Porque mi alma ama encendida
con café puertorriqueño.